viernes, 18 de diciembre de 2009

Del Civismo a la Equidad solo median los fundamentos constitucionales. V

Sol de sombra, José M Perozo P, 2008

Como todo termino ha definir, hay que iniciar por Aristóteles, quien utilizo el término Equidad como el acto de justicia por la actuación del hombre en casos concretos. De allí que la Equidad sea vista históricamente en campos tan particulares como la religión, la economía, la etnia y el género entendida como la correspondencia valorativa entre los individuos y su conducta equilibrada y ecuánime.

De allí que Equidad sea aproximada a Justicia y ecuanimidad en cuanto que la participación del Individuo/colectivo debe propender al equilibrio que otorga el ordenamiento normativa para establecer el orden cívico que rige el comportamiento social.

De allí que la Equidad en términos económicos seria la distribución de la propiedad social de forma equilibrada y ecuánime entre os individuos/colectivos de la sociedad. Hablamos de propiedad en tanto que Propiedad Social, no pública. Esto para alejarnos diametralmente al concepto de Estado Socialista Propietario, Asistencialista y Patrono.

La propiedad pública del estado Socialista es conducente al mismo capitalismo del Estado Liberal, donde los funcionarios se apropian de altos cargos (de ministerios para arriba), de altos salarios y de las ganancias de las empresas del estado. Por ejemplo en países como Venezuela, Argentina y Bolivia por citar algunos de eje de la izquierda latinoamericana, muestra con orgullo la opulencia de sus funcionarios y familiares que disfrutan de la cercanía del usufructo de los bienes públicos del Estado.

Un inciso, Hasta donde es creíble que familiares de funcionarios públicos se enriquezcan de la manera más burda, artera y cínica y nadie sea capaz de informar al funcionario, que su hermano, primo o vaya usted a saber quien, muestra grotescos signos de riqueza.

Hay cabria la expresión de cualquier observador internacional “Hay que ver que ese país si es muérgano, con tantos panitas en el gobierno y nadie le pudo decir al Funcionario que su familiar, ya no era ningún “pata en el suelo” y que tenía más de diez años metiéndose un billetico de corruptico y todo”.

Cabria una pregunta capciosa ¿Estará en buenas manos un país con funcionarios tan distraídos, que ni se da cuenta que su familiar “pataenelsuelo”, ya es todo un burguesito.

De allí que la Equidad, para retomar el tema y dejar los casos hipotéticos de lado, (bueno eso fue un poquito de política barata, no habitual en su servidor) no debe ser reducida a la temática de género o etnia o mera cuestión económica.

La equidad es la aplicación equilibrada y ecuánime de la Justicia, respecto al Ser como entidad humana, Integral, que debe desarrollar una conducta individual/colectiva apegada indisolublemente al ordenamiento cívico constitucional. En retribución recibe equitativamente el beneficio social de su aporte al desarrollo integral del él como individuo y como parte integrante de un colectivo.

La equidad es dar a cada quien lo que le corresponde en justicia de su participación responsable en el crecimiento integral del Ser Social y la Conciencia Social.

La equidad es la pirámide invertida de Estado Capitalista. En la pirámide invertida es la base social orgánica la que día a día participa activamente en la producción social bienes la que en justicia recibe lo que le corresponde, Es allí donde se produce la riqueza social.

No es el funcionario burocratizado en cargos quien está en la cúpula de la pirámide. No es en la empresa pública donde se genera el producto social. No es la empresa pública mega empleadora y asistencialista la que sobreviva en el Estado Socialista. No, esa empresa es cantera de votos y bulto en las marchas del gobierno de turno.

martes, 15 de diciembre de 2009

La convivencia en Democracia es cosa de Equidad, Justicia y Responsabilidad Social. IV parte

Gabriela Carolina Perozo Balza, 2007


De seguro, Usted amigo lector, que ha seguido la serie de planteamientos dejados a su opinión, comparte con quien escribe que todo el lio del Civismo lleva necesariamente a la Convivencia; Es el deseo a lograr que, a partir de la noción de Ser Cognoscente, seamos capaces de convivir, dentro de principios y normas preservadas en la Constitución, como individuo-comunidad de interés particulares-colectivos que comparten, sobre todo, una visión-objetivo de País.

Socialización y Convivencia tienen en la familia y la escuela las instituciones más importantes para fomentar valores de la democracia para que sea promovida como sistema permanentemente perfectible, capaz de lograr dentro de la divergencia y heterogeneidad de concepciones, el cumulo de beneficios para la sociedad.

La Sociedad Democrática, es compleja y difícil por su contenido divergente, plural, y heterogénea. Verdaderamente esto es un problema, pues son los valores que popularmente se esgrimen al momento del cuestionamiento del contenido democrático de cualquier Gobierno.

Pero más dramático al comprender que lo que verdaderamente subyace en los valores de la Democracia es su complejo núcleo, constituido por tres principios fundamentales: Equidad, Justicia y Responsabilidad Social. Disculpe Usted amable lector, esta es la apreciación Empírica, de quien escribe estas líneas. Seguro que si, más adelante se podrá negar o aceptar esa temeridad. Solo por favor le pido, permita exponer nuestros argumentos.

Antes de repasar cada uno de los principios indicados, es oportuno reflexionar acerca del carácter Cognoscente porque allí esta una clave, a nuestra humilde manera de ver, el carácter de aprender y socializar la democracia como un valor en sí mismo para lograr la convivencia.

Aprendemos a conocer dentro de un Ordenamiento Cívico suministrado en a familia, la escuela y en la continua interacción con la realidad, que asegura la continua y evolutiva adaptación, para mantener el equilibrio en las relaciones sociales.
El sujeto conoce a través de un complicado conjunto sistémico cognitivo agrupado en estructuras lógicas que dan cabida a la inteligencia, la memoria, sentimientos, emociones, percepciones que proveen de información necesaria para tomar decisiones, dentro de un marco de razonamiento o sistema de Ideas que permiten concebirse como Ser.

Pero esta concepción no es estática, es dinámica; se me permite Dialéctica, que posibilita el cuestionamiento del Sistema de Ideas para que, el mismo, evolucione en función de los cambios en la concepción del Ser, que se van dando en la transformación sociocultural y económica de la sociedad.

De allí que el aprender socialmente tiene en la dialéctica el contenido fundamental para que la democracia sea perfectible.

Jha, alguien está pensando en la Revolución Social, la cual es dialéctica y promueve cambios. Cambios que chocan con la estructura conceptual de la sociedad, promovido por la estructura de poder económico y sus intereses de clase. Porque aun en Revolución hay dinosaurios que pretenden dar un paso hacia adelante, cargando un fardo de historia pesada de algo que se llama Estado socialista o capitalista caracterizados por ser Autoritario, Personalista y Propietario.

Sin introducirnos en el llamativo camino de Gramsci y el Bloque Histórico, es evidente que allí se da el rompimiento de la convivencia democrática.

Pero bueno, sigamos en lo nuestro; La abrupta ruptura del proceso de socialización es resultado de los cambios operados en la dialéctica revolucionaria, es lo que podría llevar al quebrantamiento del contenido cívico de las relaciones entre los sujetos sociales. Pero los valores de la Democracia deben ser lo suficientemente solvente para que se constituya en el sistema de gobierno que sustente los cambios, sin llegar a la Dictadura.

¿Cómo se logra?, retomemos entonces Equidad, Justicia y Responsabilidad Social.

Cualquier discurso que pase por el supuesto de preserva la Democracia tiene necesariamente que apegarse a la Equidad que tiene su carga conceptual en la Justicia y Responsabilidad del conjunto de la sociedad en la valoración que se otorga al Sujeto y su participación sociocultural y económica.

Bueno, ya continuaremos en la próxima entrega

sábado, 5 de diciembre de 2009

Civismo, ética y participación: Es el camino seguro para la Convivencia. III parte

Atardecer. Puente sobre el Lago de Maracibo, 2009. Gabriela Carolina Perozo Balza



Las teorías sobre la socialización tienen como presupuesto referencial los múltiples modos de relacionamiento que se dan entre el hombre y la sociedad. Esto es el hombre en su proceso evolutivo ha construido diferentes modos de relacionarse para producir bienestar y protección.

Esta necesidad de relacionamiento a partir de necesidades individuales se define en términos de valores, normas y actitudes; en otras palabras, para que un hombre sea un ser social y se pueda integrar a ella debe comportarse de acuerdo con los valores, las normas y los valores que la misma ha establecido de antemano.

Este proceso de socialización definido por una serie de valores marco lo que sería la convivencia entre quienes se reconocen parte de un colectivo socio-económico-étnico-cultural que posee interese que se igualan en el Estado-Nación en la conformación de ciudadanos con plenos deberes y derechos.

Desde esta perspectiva, en la medida en que cada individuo aprende a ser ciudadano, que comparta los valores y las reglas de la democracia y actúe de acuerdo con ellas, la convivencia en una sociedad viene por añadidura. Esta última se comprende, al igual que la socialización, como algo externo al individuo que por sí misma se convierte en lo esencial de la sociedad.

La convivencia puede ser entendida como todos los actos por medio de cuya contenido simbólico el ciudadano adecua su comportamiento a la ética del estado-nación, respecto a las Norma Constitucional y a los Derechos Humanos Universales

La convivencia ciudadana no es algo que está “fuera” del ciudadano, sino que está “entre ellos” y eso es precisamente lo que define las características diferenciales históricas en la evolución social.

Esta condición de estar entre los ciudadanos se amalgama a la noción de Dignidad que se corresponde a la “mezcla” que sustenta el al andamiaje que forma el civismo y la convivencia para instaurar la democracia como un sistema de derechos y derechos irrenunciables.
La convivencia define el estilo de relaciones y de organización que se da entre ciudadanos que pretenden funcionar bajo el modelo democrático en el cual se respeta profundamente la Dignidad y la igualdad de todos los ciudadanos, de tal manera que se buscan formas para que puedan expresarse y participar en un proyecto de objetivo-país en común así como ser corresponsables de su proyecto en común de vida personal.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Civismo, ética y democracia participativa. II parte. Un inciso

Natura, 2008. José M Perozo P

Tal afirmación, exige de un proceso educativo para el fortalecimiento de la ética social, como camino para la concertación de acuerdos congruentes consensuados, capaces de promover estrategias para el desarrollo Integra del Ser, bajo una visión-objetivo país compartido.

La ética en relación con la conducta individual/social, establece los límites a la conducta individual respecto a su actuación respecto a colectivo social. Esto es así porque, los valores de la Democracia y sus instituciones no son ajenos al entramado valorativo de la sociedad. Es la familia fuente de suministro de información respecto al contenido de valores como la libertad, responsabilidad, participación.

Mas importante aun, tanto las instituciones e general de la sociedad, como las instituciones propia de la burocracia del Estado, se fundan en principios inobjetablemente de igual contenido valorativo. De allí que los valores éticos de las instituciones del Estado influyen de modo considerable en la capacidad del individuo y sus instituciones en las cuales se agrupa en la sociedad actuar de forma congruente con la consciencia social.

martes, 1 de diciembre de 2009

Civismo, ética y democracia participativa. I parte

Flores amarillas, 2006. José M Perozo P

Que tema tan interesante este el de la ubicación conceptual de la noción de democracia como valor en sí mismo. Es el epicentro del éxito o fracaso de la implantación de un proyecto político o de algo más serio como lo es el derrocamiento y ascenso de un Bloque Histórico

Los dos valores fundamentales de la democracia social son la equidad y la justicia. Ambos conjugados le otorgan al ciudadano la oportunidad de Autogobernarse. Esta noción rompe claramente con el Estado omnipresente, asistencialista, clientelar y “propietario” de las “riquezas de la nación”

El civismo privilegia la norma constitucional de la sociedad, supone la existencia irrestricta de la Constitución como norma y valor de vida en la democracia; y es a través de la Constitución, donde además, tiene sentido y contenido las instituciones, bajo condiciones de sociedades participativas, plurales y divergentes

De allí que es necesario la cohesión, aun cuando parezca paradójico, social a contenido ético asentados en los espacios institucionales de la conducta democrática. Es decir, sociedades donde el dialogo es indispensable y es el criterio para llegar a acuerdos y decisiones acerca de la conducta optima (Ética) del ciudadano.

El comportamiento cívico en Democracia participativa es plural como las ideas diversas llenas de contradicciones y desencuentros. Pero es la institucionalidad de la Democracia lo que le otorga a la participación la beligerancia que permite el crecimiento de la calidad de vida de la población; y es indiscutiblemente lo que le da solvencia moral al gobernante.

Es así de básico, “gobierno” implica la responsabilidad ética y el compromiso con los ciudadanos bajo la visión integradora de la Equidad y la Justicia Social.
La democracia exige Equidad y Justicia, lo cual requiere claridad y congruencia entre la acción oficial y los contenidos de las reglas. Esta congruencia puede verse afectada por el Autoritarismo y la nociva confusión entre autoridad, poder y privilegio devenido de un cargo.

Siempre que escribo de este tema recuerdo “al primo, hermano, esposo, hijo o simplemente amigo de fulanito que tiene un cargo de…” funcionario público que confunde poder y privilegios para su propio beneficio (y del selecto grupo de allegados), con la autoridad devenida del cargo.

Un Estado en el cual el funcionario utilice la autoridad para envilecerse y no para servir. Donde ejerzan el poder para amedrentar y enriquecerse o permitirlo, jamás será democracia participativa y mucho menos social.