lunes, 16 de enero de 2012

Imaginario III: Renta,monoproducto y demandas primarias.



Renta, mono producto y simplicidad de las demandas sociales como sustento hipócrita de la Justicia Social en América Latina.

Autor: José Manuel Perozo Piña. UNERMB- Venezuela

En memoria del Camarada Carmelo Laborit.(1926-2004)

Este ensayo es producto de las lecturas al insigne escritor venezolano Juan Carlos Rey, quien en su articulo El futuro de la democracia en Venezuela (Colección IDEA, 1989) recrea una visión bien interesante de las perspectivas de Venezuela bajo tres variables, a saber: abundantes recursos económicos, satisfacción de demandas sociales relativamente simples y capacidad de organización y canalizar las demandas de grupos sociales. El comportamiento de las variables enunciadas en el año de 1989 por el profesor Rey nos permite visualizarla dramática continuidad del efecto renta-mono productor- demandas esencialmente para vivir que mantiene el conglomerado humano que habita el espacio geográfico de América Latina.

Tras los inicios del siglo XXI, los enunciados del pasado siglo XX, al parecer se mantienen vigentes en el escenario sociocultural e histórico de América Latina, tal como es el caso de las variables que rescatamos del texto del profesor Rey, que vincula tiempos en los cuales, y aquí entramos en materia, los diferentes gobiernos han mantenido discursos que apuntan a promover la Justicia Social, bien sea de manera explicita o implícita. Quizás debamos hacer el ejercicio de colocar registros de periódicos, o proclamas o discursos o simples promesas electorales, pero esa parte, para cada país lo dejamos gustosamente a nuestros afables lectores. Es la búsqueda de la Justicia Social, lo que mueve indefectiblemente a las masas desposeídas que pueblan la América a creer en promesas y adherirse a proyectos políticos de derecha o izquierda. Cada proceso electoral esta plagado de promesas justicieras en Estados que unos más que otros dependen exclusivamente de un producto o grupo de productos de exportación para mantener la esperanza de una vida mejor.

Pero cabe preguntarse, ¿Hacia donde se mueven las expectativas por las demandas? ¿Se han dado cambios significativos en las necesidades satisfechas? ¿Se mantienen en grandes conglomerados humanos la esperanza de alimentos, vivienda, vestido, salud y de servicios como vialidad, agua potable, aguas servidas o educación de Calidad?

Estas son interrogantes que para la realidad actual de América Latina siguen sin respuestas concretas, en países de izquierda o derecha. Que común es ver a nuestros pueblos originarios (como modernamente se les llama) en asentamientos improvisados en búsqueda de la sobrevivencia en las ciudades. Cuantos asentamientos de pobreza rodean a las principales ciudades de América, como signo inequívoco que este parte del mundo el festín de gobernantes, funcionarios públicos (complacientes y corruptos) y empresarios nacionales que históricamente han entregado el potencial humano, cultural y económico a las empresas trasnacionales. Quizás la visión sea un tanto aterradora, pero solamente la claridad y la lectura honesta del legado latinoamericano evitaran las aproximaciones parcializadas del imaginario social, de un Continente mágico y real maravillosamente descrito por insigne escritores.

La estabilidad política que se presenta en América Latina, obedece a la lectura que la intelectualidad, los grupos sociales y los actores políticos vienen desarrollando en tanto, comprometidos con el pensamiento liberal o critico, han comprendido que la etapa de los golpes militares abierto ha pasado, manteniendo a toda costa el viso democrático del ejercicio de gobierno.

El orden cívico conduce necesariamente a una convivencia efectiva como lo demuestran las casos de Venezuela, Bolivia, México o Chile donde la polarización de sectores políticos, étnicos, económicos, en menor o mayor grado, extreman las condiciones políticas que sustentan la democracia y la confianza que las comunidades tienen en la democracia como sistema de bienestar. Contrario a lo que manifiesta el profesor Rey, el liderazgo más que generar confianza, en nuestra opinión, se mantiene a fuerza del imaginario que se construye con símbolos iconográficos que se difunden por medios de comunicación oficiales y privados promoviendo criticas férreas o defendiendo las bondades de un crecimiento económico producto del potencial monoproductor de la región. Esta situación se presenta, y si concuerdo en este razonamiento con el profesor Rey, que es producto de:

a. Estado hipertrofiado, asistencialista, burocrático, monopolista, empleador/empresario y centralizado, que se sustenta en las camarillas que se rotan de cargos y puestos alrededor de la figura del Presidente y sus familiares. Estados que tradicionalmente vienen practicando la hipertrofia burocrática que ahoga los altos ingresos de la renta monorpoductora que se genera en el Mercado Internacional y que nada tiene que ver con crecimiento económico que experimenta la región.

b. Burocracia creciente y centralización y concentración de Actividades y Recursos Financieros destinados a satisfacer la creciente cantidad de compromisos sobre necesidades que tradicionalmente mantienen expectativas de “promesa electoral” sobre vivienda, alimentación, seguridad, salario, empleo, entre otras. La burocracia creciente y la cantidad de compromisos absorben gran cantidad de recursos financieros que hacen casi imposible cubrirlas. Así tenemos en Argentina 15 ministerios, en Chile 21 ministerios, en Colombia 16 ministerios, Paraguay 10 ministerios y Venezuela 27 ministerios; hay ministerios de todo y para todo pero, sin embargo, elección tras elección el tenor de las promesas y el empleo público crece desmesuradamente.

En la medida que crece la burocracia, el Estado se hace mas dependiente del empleo publico, lo que profundiza la dependencia clientelar y partidista con el Estado; circulo vicioso que desarrolla la hipertrofia del Gasto Publico, que redunda en aumento desmesurado del numero de ministerio, empresas del Estado y programas de asistencia social.

Lo hipertrofia financiera y asistencialista del Estado, le hace difícil dejar de ser observado por un lado como Benefactor Único y, por el otro, Único Responsable de las deficiencias socioeconómicas de la población. Resultados histórico de la hipertrofia del Estado en América Latina es la alternabilidad de gobiernos, el voto castigo, el presidencialismo, clientelismo y excesivo Gasto Publico.

A la par del escenario de la Sociedad Política, en la Sociedad Civil, la competencia por los recursos financieros devenidos del Gasto Publico y el financiamiento a la actividad productiva, comercial y asistencialista de sectores empresariales privados viene generando distorsión en la Balanza Comercial de América Latina. Esta es una realidad, que quizás pueda ser soslayada por la cuantía de recursos financieros que entran en nuestros países producto de la comercialización en mercados internacionales de los monoproductos de exportación.

El capital privado asociado al Estado, se ajusta mas al proceso político partidista, que a políticas económicas, financieras o de producción